Tribuna de opinión

El descrédito de la dirección del Festival de Málaga y su comité de selección de películas

El escritor Arthur Koestler en 1931, uno de los protagonistas de 'Caleta Palace'. El escritor Arthur Koestler en 1931, uno de los protagonistas de 'Caleta Palace'.

El escritor Arthur Koestler en 1931, uno de los protagonistas de 'Caleta Palace'.

Escrito por

Carlos Taillefer (Productor y cineasta)

Una de las más importantes noticias recientes en materia cultural en nuestra ciudad ha sido la nominación en el apartado de "mejor película documental" de Caleta Palace (revolución y tragedia en la ciudad del paraíso), del director José Antonio Hergueta, seleccionada para la próxima edición de los Premios Goya, a celebrar en Valladolid.

Su productora, MLK producciones (MALAKA), es una productora que trabaja con rigor y profesionalidad en Málaga y que lo hace con estándares comparables a la industria real de nuestro país, siempre desde el sur. Nos tiene acostumbrados a películas auténticamente singulares; sería interminable la lista de títulos y con frecuencia tienden a temas arqueológicos o de memoria histórica, imprescindibles. No es casual que una de los importantes socios de la productora sea ese lujo de arqueóloga malagueña llamada Leticia Salvago.

El largometraje documental (97´) es un docudrama inspirado, como en tantas otras ocasiones, en un anterior cortometraje titulado Paraíso en llamas (24´) que también quedó finalista en unos Premios Goya anteriores. Su contenido trata de ese pequeño periodo de febrero del año 1937 en que la Málaga republicana es asediada y finalmente asaltada por los sublevados militares. Y en concreto cómo, en los días 7, 8 y 9 de febrero de 1937, se produce el mayor éxodo, hasta entonces, de personas civiles huyendo del terror golpista hacia el este de la ciudad. Fue una huida tan inmensa que quedó marcada como la gran tragedia de la carretera de la muerte de Málaga a Almería.

Estos hechos históricos que han estado semiocultos en el imaginario popular colectivo, salvo en los círculos especializados históricos, empiezan a conocerse en nuestros días gracias a iniciativas como el documental de Hergueta, la marcha anual memorialista de Málaga a Almería, que desde hace pocos años se hace con participación masiva y las publicaciones de artículos, libros y tesis doctorales rigurosas que nos acercan a la verdad de esta historia oculta reciente. Seguro que algún día tendremos también una película de ficción sobre el tema.

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José Antonio Hergueta «pone en situación» a ocho personajes históricos de la época, en cuerpo y voz de actores y actrices con los que construye una historia fascinante sobre aquellos días.

A destacar, Arthur Koestler, corresponsal de guerra en la Málaga republicana; Gerda Grepp, fotógrafa noruega; Sir Peter Chalmers-Mitchel, zoólogo afincado en El Limonar; Gerald Brenan y Gamel Woolsey, afincados en Churriana; Mercedes Fórmica, escritora y pionera en la lucha de los derechos de las mujeres, etc.; y así hasta ocho personajes reales que existieron.

Hergueta construye un relato fascinante sobre república, guerra, revolución y fascismo, la llamada «Málaga Roja». Y nos acerca también a ese éxodo civil brutal por el que huyeron más de 125.000 malagueños despavoridos hacia Almería.

Edificios bombardeados en Málaga en una imagen de Arthur Koesler. Edificios bombardeados en Málaga en una imagen de Arthur Koesler.

Edificios bombardeados en Málaga en una imagen de Arthur Koesler. / Fundación Gerald Brenan.

La película fue estrenada muy recientemente en el cine Albéniz de Málaga y, gracias a la nominación en los Premios Goya, han sido prolongados sus pases comerciales al subir considerablemente la demanda de malagueños interesados por el relato de Hergueta.

Pues bien, Caleta Palace fue rechazada por la dirección del festival de Málaga y su comité de selección. Primero, por algo fundamental que queremos siempre los productores de películas cuando participamos en festivales, que es participar en la sección oficial «a concurso».

El Festival de Málaga decidió que no reunía suficientes méritos y calidad para participar en la sección de «largometrajes documentales» en el concurso.

Una película como esta, por el interés que tiene especial y puntualmente para la ciudad de Málaga y sus ciudadanos, debería de haberse exhibido en una sección especial, fuera de concurso, en horario de tarde/noche en el Teatro Cervantes. Así hubiera ocurrido si un cineasta vasco hiciera una película sobre el Guernica en el festival de San Sebastián, con proyección en el Kursaal. O así hubiera sido también si un director de cine castellano-leonés hubiera hecho una película sobre los comuneros o sobre las minas de Wolframio en el festival de Valladolid, con proyección en el Teatro Calderón.

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La dirección del Festival de Málaga le propuso a Hergueta pasar su película fuera de concurso y en una de las salas pequeñas del cine Albéniz. Cosa que su productor y director no aceptó, al no comprender el trato que recibía y sus lícitas mayores expectativas.

Es increíble que personas que cobran sus salarios del dinero público se comporten de una manera tan malaguitamente torpe. El director del Festival de Málaga es lo más parecido a un político y parece que su obsesión es la de contentarlos a ellos y poner todas las cortapisas posibles a realizadores locales, que, además en el caso de Hergueta, ha demostrado sobradamente a lo largo de lo que viene luchando en nuestro sector y sus películas triunfan y son seleccionadas en festivales internacionales importantes.

Pero el asunto no termina aquí. Un largometraje documental titulado La memoria del cine sobre Fernando Méndez-Leite y su cinefilia (presidente del Comité de Selección del Festival de Málaga desde su primera edición), dirigido por Moisés Salama y con guion de Miguel Ángel Oeste, ambos trabajadores del Comité de Selección. Fue estrenado en una sesión especial, fuera de concurso, en la sala grande de cine Albéniz (400 espectadores), en la pasada edición del festival. Con presentación de los anteriormente citados y sin coloquio con el público asistente al final de la proyección. No podemos olvidar las implicaciones de tantísimas cosas y personajes que ocurren en un festival que se hace con dinero público.

Pues bien, sólo hemos tenido que esperar siete meses para que el voto democrático y transparente de 2.100 académicos pongan las cosas en el lugar que les corresponde. Caleta Palace está entre los cinco finalistas nominados a los Premios Goya.

Tenemos que darnos todos la enhorabuena y felicitar a sus autores por este éxito inmenso del cine hecho desde el sur.

¡Que viva el cine español, el andaluz y el malagueño!

PD: Después de haber enviado el artículo al periódico, recibo una nota de prensa del Festival de Málaga con el siguiente título: "Las películas del 26º Festival de Málaga consiguen 28 nominaciones en los Premios Goya".

Con gran sorpresa veo que Caleta Palace se incluye entre las 28 nominadas, como si hubiera sido seleccionada en alguna de las secciones del festival. ¡Increíble, pero cierto!

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