sociedad | la marginación en el ámbito electoral

Los agujeros negros de la democracia

  • Un estudio destaca que la abstención electoral en los barrios marginales es elevadísima, llegando al 82% en Los Asperones o al 76% en Palma-Palmilla en las pasadas municipales

En las barriadas marginales falta de todo. Hasta ilusión por votar cuando hay elecciones para intentar que algo cambie. Son años, décadas, en la pobreza, aislados del resto de la sociedad, con altas tasas de paro e incluso de analfabetismo. Hace tiempo que se olvidaron los milagros después de que en barriadas como Los Asperones lleven 30 años de forma provisional, olvidados por todos. Los políticos son los encargados de tomar las decisiones y los que, en teoría, podrían cambiar la vida de las miles de personas que viven en condiciones de precariedad, pero los vecinos han perdido todo interés hasta el punto que en las barriadas de pobreza extrema la abstención electoral es altísima, llegando incluso a superar el 80% en algunos puntos. Estas barriadas marginales son "los agujeros negros de la democracia".

Así lo exponen Braulio Gómez y Manuel Trujillo, profesor de la Universidad de Deusto e investigador del CSIC, en el informe Urnas vacías en los suburbios de las ciudades publicado en el Observatorio Social de La Caixa, una plataforma en la que la entidad financiera da a conocer estudios relevantes en materia social, cultural, científica o educativa.

Estos expertos han analizado la abstención electoral en las principales barriadas marginales de España en las elecciones municipales y en las andaluzas de 2015 y los resultados son más que llamativos. En las municipales, por ejemplo, la abstención en el barrio de Los Asperones, en la capital malagueña, fue del 82%, mientras que en las distintas secciones electorales de Palma-Palmilla osciló entre el 70 y el 76%, en La Corta fue del 70% o en la Trinidad del 69%. La mayor abstención a escala nacional fue en Vallecas (Cañada Real), en Madrid, con el 92%. En los comicios andaluces, celebrados el 22 de marzo de 2015, la barriada de Los Asperones fue la segunda con mayor abstención en la comunidad autónoma, con un 79%, siendo solo superado por el Polígono Sur en Sevilla con un 83%. En Palma-Palmilla estuvo en torno al 70%.

La abstención es histórica y los partidos tradicionales no han conseguido captar nunca el interés de estas personas. La clave es que la aparición de nuevos partidos como Podemos -en sus distintas versiones- o Ciudadanos han resultado también indiferentes para las barriadas marginales. "Los nuevos movimientos sociales y políticos que han transformado los sistemas políticos locales, autonómicos y estatal en España en los dos últimos años se han desarrollado al margen de las zonas más pobres de las ciudades, que siguen concentrando y casi monopolizando el ranking de la abstención extrema", exponen los autores del estudio, que añaden que "la nueva oferta electoral, impulsada por la gran crisis económica y política, no ha acercado a los más desfavorecidos a las urnas. Los más pobres no se han enterado de la nueva política. Tampoco la nueva política ha sido lo suficientemente innovadora y creativa para atraer a las urnas a los ciudadanos que viven en los barrios marginales".

En España hay más de ocho millones de personas en riesgo de exclusión social, con problemas de acceso a la vivienda, la alimentación o la energía. Según datos de la encuesta Foessa de Integración y Desarrollo Social realizada en 2013, en España hay 10,4 millones de pobres, el 22% de la población total y el 17,7% del electorado, de los cuales 3,1 millones están con una exclusión severa, el 5% del electorado. Son, por tanto, millones de votos que se suelen quedar en el cajón de sus viviendas, los que dispongan de ellas.

Estos expertos hablan de la "teoría de la movilización", es decir, que la gente participa si alguien le aconseja que lo haga, si se crea el entorno propicio para ello. Sin embargo, también ocurre el efecto contrario. "La participación electoral es contagiosa, por tanto, la concentración de personas sin derecho a voto en los espacios de exclusión estaría potenciando un entorno abstencionista perjudicial para la inclusión política de los más desfavorecidos", exponen.

Las elecciones andaluzas fueron la primera piedra de toque para el estudio, porque más de la mitad de las 100 secciones electorales con mayor abstención de España están en Andalucía y es donde el 22% de los hogares sufre algún tipo de exclusión social. Estos expertos critican que "en estas elecciones no se registró ninguna iniciativa para acercar a las urnas a los ciudadanos de los barrios marginales, los que más necesitan la ayuda del Estado. La opción dominante elegida por los nuevos partidos fue potenciar la participación a través de internet, con resultados más que dudosos, ya que son los ciudadanos con menos recursos económicos y los de clase más baja los que menos acceden a la red en busca de información política y aún menos participan o toman decisiones en las nuevas ventanas digitales".

En las municipales, el informe subraya que partidos nuevos como Podemos y otros movimientos sociales ganaron en Madrid, Barcelona, Valencia o Zaragoza, pero la indiferencia en las barriadas marginales fue la misma. "Curiosamente en todos estos barrios se han desarrollado planes específicos para erradicar la pobreza, centrados en la vivienda, la salud y el empleo, dirigidos por sus ayuntamientos, pero ninguno de ellos ha articulado medidas para incrementar el capital social y el empoderamiento político de los habitantes de estos barrios, que son los que más necesitan del Estado para desarrollar su proyecto vital y, por tanto, los más interesados en determinar con su voto las políticas públicas", resaltan.

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