Crónicas de otra Huelva

Los intereses de Huelva, los presentes y los que afectan a su porvenir, seriamente comprometidos

Constante trasiego de personas en pleno Centro de Huelva en una imagen de archivo.

Constante trasiego de personas en pleno Centro de Huelva en una imagen de archivo. / Josué Correa

Lentitud. No es puramente local esta norma nuestra de la lentitud: es un vicio o un defecto propio de toda Andalucía, de muchas regiones y hasta, en algunas ocasiones, de toda la nación.

Pero lo que sea o haya sido mal provincial o nacional, no aminora o disculpa la gravedad y la importancia que ahora nosotros le otorgamos, al circunscribirlo a un ambiente puramente local; a nuestra Huelva.

Con la lentitud de siempre, sin que ninguna circunstancia adversa o favorable haya servido de estímulo para modificar nuestra manera de proceder, vamos haciendo frente –o mejor dicho, lo aparentamos- a nuestros problemas, cada día más complicados, de solución más perentoria y aplazada su solución cada día para el siguiente o para cuando nos sea facilitada por obra y gracia de la casualidad.

Diario de Huelva, 25-09-1931. Diario de Huelva, 25-09-1931.

Diario de Huelva, 25-09-1931.

Podrá decírsenos que nuestra impaciencia, reflejada aquí en un eterno deseo de superación, habrá tal vez de contribuir a agudizar los males, a crear estados de opinión francamente hostiles a esa ecuanimidad, a esa serenidad de ánimo, a esa clarividencia de juicio que deben presidir las soluciones que afectan al interés público. Mas, aún siendo así, perdónesenos en gracia al buen deseo que nos guía de estimular un poco más, de imprimir alguna mayor actividad en los procedimientos, cuando de éstos hay pendientes intereses de tal naturaleza que justifican cumplidamente la necesidad de trabajar sin desmayos y sin vacilaciones.

Y es una realidad fuera de toda duda que los intereses de Huelva, no solo los presentes, sino los que afectan a su porvenir, están seriamente comprometidos en problemas de tan trascendental importancia como el del abastecimiento de agua, el Instituto, la construcción o habilitación de edificios destinados a Escuelas, los Muelles definitivos “definitivamente sin terminar”, y otros que, aunque de menor urgencia, no dejan de tener para Huelva extraordinaria significación.

Todos estos problemas, cuya solución ha sido previamente trazada, dándose hasta el caso de que para alguno de ellos haya varias soluciones más o menos factibles, no han encontrado en los elementos encargados de resolverlos la energía y la actividad precisas para llegar al fin que las imperiosas necesidades de la ciudad reclaman.

Y sin embargo, en la conciencia de todos nosotros está la convicción de que es indispensable salirse de la ruta acostumbrada, abandonar esa marcha lenta, perezosa, y obrar con decisión y rapidez, si no queremos que el correr del tiempo agrave los males, creándonos constantemente nuevas y más pavorosas complicaciones.

Por esta razón, razón suprema que debe preocupar a todos cuantos son y representan aquí algo, bien merece la ciudad que se contrasten los criterios y opiniones que sobre estos problemas se sustentan, para que en firme, como ideal de todos, broten las soluciones que radicalmente pongan fin a este lamentable estado de las cosas, y se lleven a cabo con los medios que la convicción y el patriotismo pueden y deben utilizar.

BLANQUI-AZUL

Diario de Huelva, 25-09-1931

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