Málaga C.F.

Bálsamo necesario

Piña tras uno de los goles.

Piña tras uno de los goles. / Carlos Guerrero

Fue una tarde plácida, que se necesitaba mucho, en La Rosaleda. El ambiente se había crispado y las sensaciones que emitía el equipo eran malas. El partido de San Fernando fue bastante perro, de lo peor del año, pero siempre ha competido el Málaga CF hasta el final. Sólo el Deportivo, campeón del otro grupo, ha perdido menos partidos (cuatro de los gallegos, seis del Málaga) en toda la temporada. Eso sí, ha empatado mucho el equipo de Pellicer, que es junto al Nàstic el equipo menos goleado de la categoría (24 goles). Y esa competitividad y esa capacidad para recibir pocos antes son salvoconductos importantes para moverse en unas eliminatorias. Pero también hace falta marcar. Y ante el Antequera se pudo ver más portería.

El bálsamo en el derbi provincial fue muy apropiado. Se recuperaron jugadores para la causa, se limpió el ambiente aunque la canción compuesta por el Kanka por el 120 aniversario generara división de opiniones. Es también causa de tensiones entre diversos sectores con peso en el club y el entorno. Pero la comunión final entre la grada y el público fue una imagen necesaria para coger energías para pelear por el ascenso. El Málaga está a dos eliminatorias, cuatro partidos, de volver al fútbol profesional. Se ha estado toda la temporada entre los cinco primeros, se ha sido regular, aunque no ha dado para pelear por el ascenso directo. Parece claro que los dos mejores equipos de la categoría ya están en Segunda, Castellón y Deportivo y ningún otro inspira un pavor desmedido, aunque al final el Málaga sólo ha ganado un partido a los otros cuatro primeros clasificados, el Ibiza, de los ocho que jugó y perdió cuatro, los dos con el Castellón más los duelos en Ceuta y Córdoba. Es un aviso y se espera que ello haya curtido a un vestuario en el que hay mucho jugador joven. Hay un 25% de posibilidades de regresar, ocho equipos por dos plazas. No es mal porcentaje para pelear.

Hay que contextualizar también cómo sucedió todo. El Antequera, tras un temporadón, venía a un escenario en el que brillar, pero quizá sin la capacidad de sufrimiento a tope. Como decía su entrenador, en los grandes escenarios, algo lógico, le ha faltado competir mejor y se ha diluído algo. Si alguien sólo ha visto los dos partidos contra el Málaga CFdel vecino provincial se habrá llevado una impresión equivocada de lo que es el equipo blanquiverde, de cómo ha jugado. Pero sí es cierto que hubo más espacios y escenario para el lucimiento. Emergió sobre todos David Larrubia, que estuvo inmenso. El de La Luz ha tenido momentos, pero no ha sido constante en la excelencia. Un jugador de su calidad puede ser determinante en las eliminatorias. Cualquier jugador de talento, de hecho, puede serlo. El 10 pesa, pero también da jerarquía. Y en un malaguista de cuna y radical como es el canterano, lo que estresa también puede ayudar a volar. Una desconexión y un descanso que viene bien para recuperar. Viene el mes más importante de la temporada, ojalá que cuatro semanas que puedan hacer un control+z al desastre deportivo que llevó al club a la tercera categoría del balompié nacional. Quedaría mucho por arreglar institucionalmente, pero es el momento del césped, de los jugadores y el entrenador.

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