El Málaga CF volvió a ejercitarse durante la mañana de este lunes, menos de 24 horas después del polémico choque ante el Real Murcia, que acabó con un empate a cero insuficiente para seguirle la pista al Córdoba CF y para aprovechar el pinchazo de la UD Ibiza, que no consiguió puntuar esta jornada. 

Como es costumbre, Sergio Pellicer se centró en controlar las cargas físicas derivadas del partido a los que tuvieron una mayor participación y eso provocó que estos se centrasen en labores de descarga muscular de cara a no tener problemas ni sustos en los preámbulos de un encuentro vital como es el caso del de este domingo en El Arcángel. 

Por otra parte, el resto de jugadores se ejercitaron con normalidad en el Anexo y hubo una muy buena noticia, dado que los lesionados Einar Galilea y Juan Hernández pudieron volver a completar la sesión y ya van adquiriendo una carga física considerable para poder regresar al terreno de juego más pronto que tarde. 

No todo han sido buenas noticias, dado que Carlos Puga no ha podido entrenar porque ha sufrido un cuadro gripal que le ha impedido la práctica deportiva de forma temporal y la entidad está pendiente de su evolución de cara a su regreso a las sesiones. 

Sin embargo, Sergio Pellicer ha vuelto a reforzar la sesión con presencia de jugadores con ficha de categorías inferiores, dado que ha decidido contar con Diego Murillo, que ya tuvo bastante protagonismo en un tramo de la temporada, Aarón Ochoa, que ya está a caballo entre el primer equipo y el Atlético Malagueño, y Adrián Pereda, que se ha ejercitado en portería junto con la otra promesa en esta faceta de la cantera blanquiazul, Carlos López, que ya demostró su potencial en los duelos de la Copa del Rey.