Las tres manzanas

Han despedido a Fernando Sabater del diario El País. La causa seguramente ha sido el supuesto giro ideológico del filósofo, ensayista y articulista hacia la derecha

Cuando yo leía a León Felipe creía firmemente en sus tres manzanas. «La manzana roja que me dieron a comer ayer tenía un gusano; la manzana blanca que se comieron mis padres tenía dos gusanos; y la manzana verde que se comió la pareja original, ya en la puerta del Paraíso, tenía tantos gusanos que todos pudimos heredar nuestra parte.» Aunque uno puede retractarse, «todo hombre honrado puede retractarse». Entonces creí que esa manzana roja era la manzana del hombre, pero al ver después un gusano en ella decidí no comerla. Pero, según León Felipe, lo que no es honrado es rechazarla para volver a comer la manzana verde de nuestros padres. Y yo, después de ver la catadura del gusano con el que se ha podrido la manzana roja pienso que lo honrado es matar al gusano para sanarla y poder comerla.

Han despedido a Fernando Sabater del diario El País. La causa seguramente ha sido el supuesto giro ideológico del filósofo, ensayista y articulista hacia la derecha. O sea, que lo han echado por mostrar sus divergencias con el actual Gobierno (que es ser de “derechas”). Más o menos podríamos decir que a los socialistas no les ha hecho ninguna gracia que Sabater haya dejado de comer la manzana roja y creen que la ha sustituido por la verde. Bajo mi opinión, el gran filósofo, que ha visto como la manzana roja ha sido colonizada por un gusano que la ha podrido, ha optado por combatir al gusano para salvarla de la podredumbre en la que se encuentra. La determinación de El Pais, medio de comunicación oficial de la izquierda gobernante, no es más que el fiel reflejo del giro hacia la dictadura de un partido cada vez más monolítico al servicio del líder salvapatria. «Los que quieran “enredar” que se alejen», dice su conmilitón andaluz, Juan Espadas, refiriéndose a los críticos del PSOEA.

Savater, como muchos españoles, como la mayoría de los columnistas de los medios de comunicación que hacen opinión política nacional y todos quienes miran sin estar mediatizados mentalmente por su ideología o su corazón partidista, están viendo como el cinismo y la argucia dialéctica del gusano de la manzana roja leonfelipiana, nos está dirigiendo hacia una sociedad dividida, encontrada, desequilibrada y al borde de su autodestrucción como tal. Una mirada objetiva sobre la amnistía que se puede aprobar de inmediato en el Parlamento y lo que dicen cada uno de los socios que la perpetran, nos muestra claramente que lo que digo no son catastrofismos ni elucubraciones alucinógenas. Declaraciones del presidente del Gobierno como: «Incorporar a la gobernabilidad a Junts y a ERC fortalece nuestra democracia», sabiendo cómo piensan, sabiendo que no se han arrepentido de cometer un delito de sedición, entre otros deleznables actos en Cataluña y que reiteran que lo volverán a hacer, son propias de un cínico o un cretino. Sobre la Ley de Amnistía, dice la presidenta de Junts, Laura Borrás, que se trata de proteger la norma de «las injerencias del poder judicial», o sea, “barra libre” para delinquir, quiere eliminar de España al Poder Judicial y no paran ahí, pretenden suprimir toda excepción a la amnistía para delitos de terrorismo y, por si fuera poco, exigen que en la ley sean excluidos los delitos de traición contra el Estado español. Ahí es “ná”. Y hay quién quiere que nos preocupemos de los ratios económicos.

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